Maradona, Tyson y Spreen: ¿cómo será el deporte del futuro?
La escena sucedió semanas atrás en un hospital porteño. El niño de once años, dañado por una vida difícil, no podía ser tocado. Ni siquiera respondía las preguntas. El especialista convocado por los médicos advirtió al entrar a la sala que el pibe tenía pantalones de fútbol. “¿Maradona o Messi?”, le preguntó. El pibe levantó la vista. Lo miró a los ojos y respondió: “Maradona”. Al especialista, futbolero y de casi setenta años, lo sorprendió que un niño de once años, casi todos ellos, imantados por Leo, eligiera en cambio a Diego, de cuya muerte se cumplirán cuatro años el martes próximo. El especialista abrió los brazos de modo natural. Se emocionó porque ambos, médico y paciente, casi sesenta años de diferencia entre ellos, compartían ídolo. El niño que no hablaba, y al que ni siquiera se podía tocar, se dejó abrazar fácil. Los colegas dentro de la sala no podían creer lo que estaban viendo.